Lugares de Don Quijote de La Mancha

“En un lugar de La Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme…”. Así empezaban las aventuras del Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha, uno de los grandes héroes de la literatura española de todos los tiempos. Miguel de Cervantes Saavedra, su escritor, situaba el comienzo de sus historias en algún lugar de La Mancha del que por lo visto no podremos acordarnos. Sin embargo, a lo largo de sus obras nuestro querido Alonso Quijano, nombre real del Quijote, visitó numerosos parajes reales de nuestro país. Esta semana, coincidiendo con el 472 aniversario del nacimiento de Cervantes, en Arenal de Sevilla te traemos algunos de esos lugares que puedes visitar para recordar las aventuras de Don Quijote.

Puerto Lápice

En su primera salida, Don Quijote le dice a Sancho que deberían ir a Puerto Lápice, puesto que era un lugar “muy pasajero” donde seguro que surgían aventuras. En este lugar es donde Cervantes situó el momento en el que Alonso Quijano decidió velar armas en el patio de un castillo, cuyo señor acompañado de damiselas sería su anfitrión. Realmente no había castillo ni señor, sino un ventero y unas mozas. No se sabe cual sería la venta en la que acontecieron los hechos, pero la famosa Venta del Quijote, que data del siglo XVII, rinde homenaje a este personaje. En este lugar se puede degustar el guiso de las bodas de Camacho, otro famoso pasaje de esta obra literaria.

Los molinos del Campo de Criptana

En esta zona llegó a haber 34 molinos de harina, por lo que no parece extraño pensar que el pasaje en el que Don Quijote cargaba contra aquellos gigantes que resultaron ser molinos pudiera desarrollarse por esta zona. Hoy día se conservan 10 molinos, datados del siglo XVI, y algunos de ellos incluso siguen funcionando.

La cueva de Montesinos

Esta cueva, situada en el municipio de Ossa de Montiel, aparece directamente en la novela. Don Quijote descendió hasta el fondo de la gruta, donde se quedó dormido durante una hora aunque a él le parecieron tres días, y tuvo un sueño en el que se le aparecía el propio Montesinos, un personaje recurrente de la literatura épica del momento. En la actualidad se organizan visitas guiadas a la cueva y es considerada bien de interés cultural.

Campo de Montiel

A pesar de la ambigüedad territorial que se observa en la novela, Cervantes nombra en cinco ocasiones el Campo de Montiel como buena parte de las aventuras de nuestro hidalgo. Alonso Quijano comenzaba su aventura en este lugar, tal y como dice Cervantes en el segundo capítulo de su obra:

Y comenzó a caminar por el antiguo y conocido Campo de Montiel y era verdad que por él caminaba.

Playa de la Barceloneta

Para terminar, hablaremos del lugar donde las aventuras de Don Quijote llegaron a su fin. Su amigo Sansón Carrasco, disfrazado y haciéndose llamar Caballero de la Blanca Luna, quería que Alonso Quijano volviese a casa y abandonase las cuestiones caballerescas, y para hacerle entrar en sus cabales lo derrotó en Barcelona, precisamente en la playa de la Barceloneta, sin siquiera tocarlo con su lanza. Al quedar el Quijote tendido en el suelo, Carrasco le dijo que le perdonaría la vida si volvía a casa y prometía no volver a ejercer como caballero. A nuestro héroe no le quedó otra opción, y tuvo que volver a su aldea recuperándose de los golpes, llegando casi al final de la obra.

Don Quijote de La Mancha es sin duda el personaje más universal de la literatura castellana, y por eso hemos querido rendirle homenaje esta semana. Si te gusta la cultura española y su historia, no olvides visitar nuestra página web, donde encontrarás una extensa colección de artículos relacionados con la historia de nuestro país.

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